domingo, 30 de marzo de 2008

¿AmAnEcErÁ mAñAnA?


Suele ocurrir que la crítica de Hume a la causalidad se nos atragante.

Es decir, o bien que no la entendamos, o bien que pese a entenderla nos parezca algo disparatado.

Y es que choca no sólo con un presupuesto básico de las ciencias de la naturaleza.

Sino también con una idea implícita con la que funcionamos en nuestra vida cotidiana.

Este presupuesto de la ciencia o idea implícita de nuestra vida cotidiana no es otro que el del principio de causalidad.

Cuando el científico describe un determinado comportamiento de la naturaleza y lo precisa expresándolo en una fórmula matemática, da por supuesto que dicho comportamiento es regular, es decir, que describe tanto el presente, como el pasado, como el futuro de los cuerpos sometidos a dicho comportamiento. Por eso mismo a dicha fórmula la denomina "ley", pues dicta cómo deben ocurrir las cosas en el futuro.

Cuando abres el grifo del lavabo esperas que lo que salga no sea leche sino agua, cuando te comes una manzana no esperas que te envenene sino al contrario y si no das un salto al vacío desde lo alto del risco de Famara es porque no crees que en ese momento te nazcan unas alas que te permitan planear y descender suavemente sobre la playa.

Pero todo ello -dice Hume- pertenece al futuro, del que no poseemos impresiones, y nuestras suposiciones al respecto no se basan en otra cosa que en la costumbre y el hábito de lo que ha venido ocurriendo en el pasado.

Son, por lo tanto, meramente probables, mas no conocimiento cierto.

Es decir, que como el pavo inductivista de Russell, podríamos estar equivocados.

No obstante, cuando en clase puse algunos ejemplos de las cuestiones de hecho que, según Hume, no podemos dar por sentadas, más de uno se revolvió en el asiento con una sonrisilla irónica en la cara.

Por ejemplo:

-¿Cómo podemos estar seguros de que mañana amanecerá? No tenemos esa certeza.

-Pero es que es un hecho. La ciencia lo explica.

-La ciencia nos explica por qué el movimiento de rotación produce la sucesión del día y la noche, así como por qué se produce a esa velocidad y no a otra...

-Pues ya está.

-No, no está. Pues no nos garantiza que esa sujeción a esa ley vaya a producirse también mañana. ¿Y si de pronto la naturaleza cambia, "le da por cambiar"? Sería muy extraño pero... ¿acaso resulta inconcebible? ¿acaso resulta imposible?

Suena muy raro, lo sé... Y sin embargo, hubo quien se tomó muy en serio la hipótesis de Hume de que quizás no amaneciera al día siguiente. Y para tranquilizarnos a todos, calculó la probabilidad de que en un momento dado el sol vaya a aparecer un día más:

(d+1) / (d+2)

La Regla de Sucesión permitió a Laplace recuperar la calma tras el desasosiego que probablemente le habría producido el planteamiento de Hume.

Si te fijas en cómo funciona esta fácil regla te darás cuenta de que Adán, el primer hombre, no hubiera debido sentirse tan seguro de que amaneciera como el propio Laplace, o como tú mismo.

Sin embargo, yo me sigo preguntando...

¿Consigue refutar la fórmula de Laplace la crítica de Hume a la causalidad?



jueves, 27 de marzo de 2008

¿SoMoS LiBrEs?


Hoy en clase les hablé de la fascinante hipótesis de Laplace.

Lee antentamente esta sencilla explicación acerca del demonio de Laplace, a fin de que puedas valorar las implicaciones de dicha hipótesis.

Roland hizo una pregunta interesante en clase:

-¿Está el ser humano también sometido al determinismo causal de Laplace?

Algunos alumnos opinaron que sí, es decir: que el hombre no es libre, que la libertad de acción y de pensamiento que cree tener es tan sólo una ilusión, y que el determinismo, por tanto, le afecta a él tanto como al resto de seres animados o inanimados que conforman el Universo.

Otros alumnos, en cambio, opinaron que el hombre no está sometido a dicho determinismo y que su libertad de acción y pensamiento es real y supone una excepción, una ruptura de esa cadena férrea de causas y efectos que opera en el resto de la naturaleza, semejante al movimiento de una serie de fichas de dominó que se empujan la una a la otra.

Como en clase no hubo tiempo de defender cada cual su postura, te pido que aproveches este post para razonar y argumentar a favor de la misma, intentando persuadir al resto de su error.

La pregunta es, por tanto:

¿Somos libres o, por contra, todas nuestras acciones, decisiones y pensamientos están ya previamente determinados, tal y como afirma el determinismo?

Te recomiendo que te documentes un poco buscando alguna información en torno a los conceptos de "determinismo" y de "libre albedrío".


miércoles, 26 de marzo de 2008

¿HuMe aTeO?


La postura de Hume acerca de la existencia de Dios no es la de un ateo sino la de un agnóstico. En su obra Diálogos sobre la religión natural se dedica a criticar o refutar las presuntas demostraciones de la existencia de Dios que "pululaban" desde hacía tiempo por los ambientes eclesiásticos y académicos. Asismismo, afirma que no podemos tener conocimiento alguno acerca de la existencia o no de un ser supremo.

Este reconocimiento de los límites del hombre para alcanzar determinados conocimientos es lo que caracteriza a los filósofos escépticos, es decir, al movimiento filosófico que recibe el nombre de escepticismo.

Porque es escéptico, Hume no puede ser ateo. El ateísmo implica ya un conocimiento positivo, a saber: que Dios no existe.

De hecho, parece ser que incluso era creyente, como lo era prácticamente todo el mundo en el siglo XVIII.

No obstante, sus valientes críticas de las tradicionales demostraciones y afirmaciones acerca de Dios le valieron el sobrenombre de "Hume el ateo".

Por cierto, antes de Hume hemos estudiado ya otro filósofo que, en parte, puede considerarse escéptico:

¿A quién me refiero? ¿En qué sentido puede considerársele un escéptico?

domingo, 2 de marzo de 2008

HuMoR áCiDo


La imagen es del humorista gráfico Miguel Brieva y refleja el absurdo del consumismo llevado a su punto extremo. Me ha parecido oportuno traerla a Blazophia, ya que en la penúltima entrada estuvimos dialogando -bueno, blogueando- sobre el tema.

Sin embargo es en el blog de ética en el que he escrito el post que se merece este genial dibujante. Te recomiendo que le eches un vistazo a la entrada y que, si te interesa, continues con la entrevista.